Pautas para el trastorno por excitabilidad excesiva


Si el trastorno se manifiesta con severidad, intente seguir los consejos que le proponemos a continuación.

Pero si se trata de un perro adulto, no confíe demasiado en los resultados.

En esa situación, la única solución que cabe es la reubicación del animal.

Si ve que no cabe más solución que la reubicación, hágalo antes de que se encariñen con el perro.

No le estamos aconsejando que tire la toalla rápidamente, porque si la familia está dispuesta, se puede lograr un gran cambio.

Merece la pena intentarlo porque puede conseguir detener la evolución de los síntomas e incluso mejorarlos notablemente.

Sobre todo, si como afortunadamente ocurre casi siempre, la excitabilidad no es muy grave y, especialmente, si se trata de un cachorro o un perro joven.

La modificación depende sobre todo y ante todo de la actitud familiar ante el problema.

Siga estos cuatro consejos.

Son sencillos y cuando la familia colabora, dan resultado en poco tiempo.

Trastorno por excitabilidad excesiva en perros

1.Evalúe la posibilidad de que el perro muerda

Estos animales son propensos a agresiones caracterizadas por dentelladas nerviosas “de toque rápido”.

Si no se impiden las agresiones, el animal asociará rápidamente la reacción agresiva a la resolución de la frustración.

Desarrollará lo que en psicología se conoce como “motivación hostil”.

Este término significa que el perro muerde sin necesidad de un motivo. Sencillamente lo hace por la satisfacción de morder.

Advierta al propietario de que le avise si se produce la primera dentellada.

2.Consiga para el animal una vida ordenada y rutinaria.

No menosprecie este consejo. Mentalícese de que es la clave de todo.

Permítanos algunos ejemplos para que valore nuestro consejo:

– Niños asmáticos

Viven en hogares donde reina la improvisación y el desbarajuste, mejoran muchísimo sólo con ser hospitalizados.

Aunque estén suspirando por volver a casa, la vida ordenada y rutinaria del hospital, sin medicación, en unos pocos días les baja la excitabilidad y respiran sin ahogarse.

Quizás usted haya comprobado que los perros excesivamente excitables, provenientes de hogares desbarajustados, se calman tras unos días de estancia en la residencia canina.

– Niños con excitabilidad excesiva

Hemos atendido no a cientos, sino a miles de niños, con dificultades para atender y aprender a cuenta del “factor neurotizante” de sus madres nerviosas y desbarajustadas.

Muchos de ellos presentaban afecciones psicosomáticas y propendían a tener accidentes.

Cuando conseguíamos introducir orden en el hogar y en la vida de los niños, el trastorno remitía y se producía la normalización.

Por el contrarío, todo continuaba igual si fracasábamos en nuestro intento de tranquilizar el ambiente.

En esencia es una cuestión de contagio por el trato. La excitabilidad es muy contagiosa.

Buena prueba de ello es que la excitabilidad de los padres, nos referimos a los varones, no influía en la excitabilidad de los hijos.

Por una sencilla razón, los padres apenas contagian excitabilidad porque pasan poco tiempo con los hijos.

A usted también le ha ocurrido.

Sale de mañana caminando desde su casa y se encuentra con un conocido.

Se trata de una persona de ésas que poseen paz interior y la transmiten con un hablar tranquilo.

Un par de minutos de conversación intranscendente y cuando se despiden, usted se nota calmado.

Esa persona ha dejado en su interior un bálsamo de sosiego y tranquilidad.

Pero también se podría haber parado a hablar con aquel otro vecino. El sobreexcitado y precipitado.

Una de esas personas cuyas salidas a la calle debieran ser advertidas por la radio para que la ciudadanía pudiera cambiar de acera.

Probablemente, tras los mismos dos minutos de conversación, quizás sobre el mismo tema intranscendente, le deje a usted lleno de excitación y desasosiego.

– Niños con pequeños daños cerebrales

Hemos trabajado con cientos de niños aquejados de pequeños daños cerebrales, casi siempre originados durante el parto, que presentaban excitabilidad excesiva y dificultades para atender y aprender a leer y escribir.

A todos ellos se les aplicaba un plan terapéutico que consistía en medicación y terapia psicopedagógica.

Se conseguía la normalización en todos los casos, pero había una diferencia considerable en la duración de los tratamientos.

Si en el hogar había orden, obteníamos la normalización en un plazo medio de doce meses.

Los niños procedentes de hogares desbarajustados tardaban en normalizarse una media de veinticuatro meses.

Comprenda que los perros, en este sentido, son tan permeables al ambiente como los niños pequeños.

 

Por eso, es fundamental que intervenga sobre el ambiente y lo modifique para que el perro sobreexcitado tenga una vida ordenada y rutinaria.

Ante todo, el perro debe tener claro en todo momento lo que debe hacer y lo que se va a hacer.

La ansiedad es una sensación difusa de inseguridad e incertidumbre.

Por ello, el ansioso busca concreciones y certidumbres para aliviar su ansiedad.

Aunque en su naturaleza la excitabilidad es diferente a la ansiedad, ambas suelen viajar juntas.

De este modo, si el perro tiene claro en todo momento lo que debe hacer, evitará la generación innecesaria de ansiedad.

3.Debe disfrutar de una disciplina corta y firme

Corta para que sea clara y firme para que no haya lugar a dudas.

4.Propicie una buena resistencia a la monotonía y prepare a la familia para sobrellevar la situación.

Por la cuenta que le trae al propietario, aconséjele que desde pequeñito vaya inculcando a este perro una buena resistencia a la monotonía.

De lo contrario, el perro puede llegar a ser insoportable por agobiante.

Para ello, se debe disponer de una jaula educativa, perrera o una habitación donde se le pueda recluir a ratos.

Así la familia descansará y el perro irá ejercitando su resistencia a la monotonía.

Otros artículos relacionados:

Deja un comentario