¿Qué es el trastorno por excitabilidad excesiva?
El perro excitable está siempre alerta y se muestra impaciente, hiperactivo, no inhibido.
Es frecuente que posea una sensibilidad dura, obstinación y entusiasmo por pasar a la acción o iniciar las tareas.
Tiende a seguir sus propias necesidades y a despreocuparse de las normas.
La excitabilidad está próxima a la frustración y por ello la incidencia de conductas agresivas es mucho mayor entre perros con alta excitabilidad.
Se trata de una característica absolutamente indeseable en los perros de compañía.
En los países con una cinofilia desarrollada, hay un consenso implícito y explicito entre todos los “criadores de jardín” para desterrar la excitabilidad.
Muchas razas han perdido su excitabilidad típica por este medio.
Pero el éxito no es completo.
Los propietarios ignorantes siguen adquiriendo cachorritos que al madurar muestran el tormento que llevan dentro.
Lo paradójico es que todas las características propias del exceso de excitabilidad, tan indeseables en un perro de compañía, resultan excelentes en algunos perros de utilidad.
La capacidad para mantener tensión energética continuadamente es una de las características más apetecidas en algunas razas de utilidad.
Como la tensión se encuentra muy próxima a la excitabilidad, muchas veces el criador de perros de utilidad confunde ambas características y selecciona excitabilidad en lugar de tensión.
El perro con alta excitabilidad tiende a la inestabilidad emocional, a la ansiedad, al miedo y a la frustración continua.
Tiene dificultades de autocontrol y propende a desarrollar varias formas de agresividad más que otros perros.
Es previsible que los cachorritos excedentes de camadas con alta excitabilidad, que son vendidos como mascotas, compliquen mucho la existencia de la familia que los adquiera.
Otro premio gordo son los perros de trabajo jóvenes o adultos que por su excitabilidad o, por la impericia del adiestrador, fracasan en sus aprendizajes de utilidad.
También suelen reciclarse en mascotas familiares o en perros de defensa para el chalet familiar.
Las dos excitabilidades
La excitabilidad presenta dos manifestaciones típicas.
-Una es la del cachorro inquieto y movido que según va madurando se va serenando, hasta que se normaliza.
Esto puede tener consecuencias en su educación, porque estos cachorritos son más difíciles de educar, pero no tiene nada que ver con un trastorno por excitabilidad excesiva.
Hay todo un mundo de motivos para esa conducta.
A veces la causa se encuentra en ambientes familiares caóticos con disciplina inconsistente.
-Otras veces los motivos son neurológicos.
Pequeñas irritaciones corticales, quizás consecuentes a anoxias benignas, que originan dificultades de concentración y, cosa curiosa, una desproporción entre los estímulos que percibe el cerebro y las respuestas que emite.
Estímulos de cualquier tipo como exceso de luz, calor, ruido, etc.
Ante un estímulo intenso, puede no responder y ante una pequeña estimulación puede hacerlo con una excitabilidad sorprendente.
La otra excitabilidad es la preocupante.
Comienza quizás en la infancia, pero se manifiesta claramente durante la juventud y adquiere su entidad definitiva en el perro adulto.
Se trata de un fuego interior que cuando resulta excesivo, significa un trastorno grave porque incapacita al animal para la convivencia familiar.
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Este artículo ha sido publicado en la revista de veterinaria española Argos, en octubre de 2.011.
Se han cedido los derechos de publicación a la revista digital de veterinaria portuguesa Clínica Animal.
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