Esta técnica es para perros adultos y jóvenes. No la utilice con cachorros.
Un perro que no responde a la llamada, es una fuente de continuos problemas.
De ahí la importancia en muchos casos de conseguir que el perro acuda a la llamada siempre, a la primera y rápidamente.
Con ello se previenen o se solucionan casi todos los problemas.
Primero vamos a ver cómo se logra que el perro venga siempre, a la primera y rápidamente.
Después, cuando ya disponga de una llamada firme, verá qué utilidades tan prácticas e interesantes le va a sacar a su llamada como por ejemplo:
- evitar las fugas
- que cace demasiado lejos
- que persiga a los coches o a las liebres o a otras especies que a usted no le interesan
- evitar que se escape con la pieza en la boca
- si quiere corregirle la mala costumbre de comer porquerías, de escarbar agujeros
- si quiere controlar su conducta agresiva
En la técnica anterior hemos dicho que el premio o refuerzo positivo consiste en «dar» algo bueno.
Ahora vamos a utilizar el premio o refuerzo negativo.
Consiste en «quitar» o «evitar» algo malo o desagradable.
El premio o recompensa para el perro consiste en que él, con su acción, evita algo desagradable.
Sin causarle ningún dolor al perro, le vamos a dar un indicio o aviso de que se aproxima el estímulo desagradable, y él se adelantará, haciendo algo para evitarlo.
El indicio será nuestra llamada.
Le vamos a llamar con la voz o con un silbato. Da lo mismo.
Y él se adelantará al impulso del Collar, viniendo para que no toquemos el mando.
La enorme eficacia del refuerzo negativo
El premio negativo es muy eficaz por tres motivos.
- Impide la conducta no deseada. En el caso de la llamada impide que el perro se vaya. Ya lo verá.
- Le obliga al perro a aprender una conducta adecuada. En nuestro caso, le obliga al perro a aprender a acudir a la llamada.
- Y por último, además le mantiene atento al aviso, a la llamada que pueda darle el dueño.
O sea que deja de escaparse, aprende a acudir a la llamada y encima se mantiene atento al propietario.
Y todo ello sin hacerle ningún daño.
Le podría poner muchos ejemplos de la eficacia de los premios negativos.
Tanto nosotros como los perros debemos nuestros aprendizajes más importantes a los premios o refuerzos negativos.
De este modo, evitando consecuencias negativas, hemos aprendido a:
- protegernos de las tormentas
- agarrarnos al pasamanos cuando utilizamos escaleras
- no ingerir alimentos cuando sospechamos que se encuentran en mal estado
- comer y a beber con moderación y miles y miles de aprendizajes de los que pende nuestra vida.
- respetar las señales de tráfico e incluso a pagar impuestos.
Antes de ver la técnica
Mentalícese de que su perro ya ha desobedecido a su llamada todas las veces que iba a desobedecer.
Eso se acabó para siempre.
Desde ahora, desde que comience a aplicar la técnica por primera vez, no le permita que se vaya nunca más. Jamás. Ni una sola vez más.
Coja a su perro y dígale:
“Jamás te volveré a llamar dos veces. Desde ahora solamente te voy a llamar una vez. No te voy a castigar. Sencillamente no permitiré que me desobedezcas”.
Verá qué fácil es conseguir que venga a la primera con el Radio Collar Educativo.
Mire qué técnica más sencilla.
Técnica
-Sáquele a pasear. Cuando el perro se aleje demasiado, llámele una vez, siempre con la misma orden.
-Si no acude a la primera, no le vuelva a llamar. Oblíguele a obedecer con el Radio Collar Educativo.
Le envía desde el mando a distancia un impulso molesto.
¿Cuánto? El mínimo para que venga. Es poco, pero le obligará a obedecer inmediatamente.
El perro debe acudir hasta usted rápidamente, entregado.
Si vuelve despacio, haciéndose el despistado o distrayéndose, se está resistiendo, no se está entregando y así no está progresando.
-Actúe de este modo unas cuantas veces y verá cómo acude a su llamada a la primera, sin necesidad de que toque el mando.
-Una vez que ya acuda a su llamada a la primera y rápidamente, llévelo donde haya tentaciones para la fuga.
Si es un perro de caza, llévelo a cazar. Verá que todo funciona igual de bien.
Si está muy excitado, quizás necesite subir un poco el nivel del impulso.
Aunque con una o dos intervenciones, obedecerá sin que tenga que tocar el mando.
¡Ya tiene un perro que le obedece a la primera! Pero todavía no cante victoria.
Considere que estos primeros hilvanes se habrán convertido en una costura firme cuando el perro se haya habituado a acudir a su llamada.
El hábito es el cemento que fija las conductas.
Sin excepciones
Es muy importante que no se monte una sola excepción porque lo estropeará todo.
El perro ahora está a acudir a su llamada.
Si usted le pasa una, sólo una, estará a colársela.
Habrá pasado de jugar a favor suyo, a jugar contra usted. ¡Ese es un asunto fatal!.
¿Sabe lo que les ocurre a los propietarios que dicen que se ven obligados a utilizar el Radio Collar a trallazos, porque tienen un perro muy fuerte, insensible o con muchísima afición?
Pues a los perros no les pasa nada. Les pasa a ellos.
Les ocurre que son de esa clase de personas que no son meticulosas o rigurosas. Quizás como esas que hacen trampas en los solitarios.
Personas que confunden nunca con casi nunca y siempre con casi siempre.
Son de los de total por una vez y luego además lo niegan.
¡Esos no valen para educar ni a perros, ni a personas, ni a nada, ni a nadie!.
Ahora le espera lo mejor
Como no le ha castigado, verá cómo evoluciona su perro.
¡Verá qué sorpresas más agradables le va a ir mostrando en los próximos meses!.
Pronto entenderá que usted le ha marcado un límite y se adelantará a la llamada, no traspasando ese límite.
¿Sabe qué quiere decir esto? ¡Que no sólo no tendrá que utilizar el mando, si no que ni siquiera tendrá que llamarle!
Cuando él se percate de que se está alejando, dará media vuelta y regresará a la distancia permitida, antes de que usted le llame.
El perro de caza también se dará cuenta de que ahora caza mucho más y con menos esfuerzo.
Se percatará de que el negocio está dentro del límite y renunciará voluntariamente a cazar a lo loco. Se asentará. Madurará.
Y con el perro de compañía, también ocurre lo mismo.
Con una llamada firme y con el transcurso del tiempo, los paseos se convertirán en una universidad para su perro.
Si le llama para reprenderle cada vez que se acerca a un anciano, aprenderá a evitar a los ancianos.
Sin que se lo proponga, con sus llamadas va a aprender a:
- no salirse de la acera
- no subirse encima de la gente
- evitar a los perros retadores
- no hacer sus necesidades hasta que llegue al lugar apropiado, etc.
¿Hasta cuándo con el Radio Collar Educativo?
Al ver esta técnica, la gente suele preguntar, pero ¿le podré sacar sin el Radio Collar Educativo?
Si afirma la llamada todos los días, al cabo de unas semanas, cuando vea que nunca necesita utilizar el mando, sáquelo sin Collar.
Tal vez la conducta se haya instaurado para siempre.
O tal vez al principio todo vaya bien, pero al cabo de un tiempo su amigo comience a volver a las andadas.
Si es así, le vuelve a sacar con el Radio Collar durante algún tiempo.
Cuando se sienta seguro, vuelva a soltarlo sin Collar.
Ahora tardará mucho más en reincidir o quizás ya no vuelva a tomarle el pelo.
Así, establecerá la nueva conducta definitivamente antes de lo que piensa.
Si el perro tiene mucha afición a la caza o el estímulo que le empuja a alejarse es muy fuerte, el proceso puede ser más largo, aunque también terminará bien.
Todo esto que le acabo de decir, puede tener un par de excepciones.
Si no es constante, si no saca al perro todos los días, lo más probable es que el perro aprenda como un toro toreado.
Cuando lleva el Collar obedece, pero cuando se lo retira, ya lo ha visto.
Por eso, a los cazadores de fin de semana, les resulta más difícil prescindir del Radio Collar.
Otra excepción son los perros viejitos.
Con el Radio Collar van muy bien, pero les cuesta mucho aprender a obedecer cuando se lo quitamos.
En cualquier caso, puede intentarlo.