Educación y Adiestramiento. Muy poco en común


La mayoría de las gentes del perro confunden adiestramiento y educación.

Un error que va mucho más allá de lo meramente conceptual porque tiene unas consecuencias muy graves.

Se encuentra tras las intervenciones más disparatadas.

Supone un freno insuperable para el desarrollo profesional de quienes lo padecen.

ADIESTRAMIENTO VERSUS EDUCACIÓN

Los adiestramientos son previos a la llegada de la psicología al mundo del perro.

Son métodos empíricos para desarrollar y especializar el potencial de utilidad que lleva el perro dentro.

Los adiestramientos son procesos secuenciales.

Perro enseñando los dientesPrimero un aprendizaje; sobre ese otro, y otro y otro, hasta que tenemos un perro diestro, adiestrado, en:

  • defender
  • atacar
  • detectar explosivos
  • drogas
  • seres humanos, etc.

Al conjunto de los primeros aprendizajes se le llama adiestramiento básico o también obediencia.

Consisten en enseñarle al perro a sentarse, tumbarse, a caminar al lado, sin anticiparse ni retrasarse, ni distraerse, etc.

Estos ejercicios son como la instrucción en el ejército.

Algo imprescindible para apagar individualidades y uniformar la capacidad de aprendizaje ante un programa superior de adiestramiento.

Necesariamente es común casi completamente para todos los individuos.

Los adiestramientos son menús.

Por el contrario, la educación siempre se debe servir a la carta.

Por eso requiere una evaluación o diagnóstico previo.

El adiestramiento posee una concepción instrumental del perro; concibe al animal como un instrumento de trabajo.

Por el contrario, el perro de compañía no es un instrumento para trabajar. Es para estar.

Lo principal de un perro de compañía es que esté sin dar problemas.

Consecuentemente el adiestramiento lleva implícito el concepto de selección.

El adiestrador se dedica a pulir diamantes brutos.

Por supuesto, como a nadie le gusta trabajar inútilmente, selecciona previamente los mejores diamantes, rechazando cuanto antes los ejemplares imperfectos.

El adiestramiento básico o no básico, aplicado sin selección, es un disparate.

Aplicado a todos los perros de compañía, es como un vacío entre dos signos de interrogación ¿   ?

Es como enviar a todos los niños al ejército para que aprendan la instrucción.

¿Inútil? No, porque siempre vendrá bien que el hijo se siente cuando se lo ordenes o venga cuando le llames, pero ¿   ?

Aplicar el adiestramiento básico a un perro mal educado es añadirle la instrucción a un mal educado. No cambia nada.

Suponer que la instrucción va a llenar el hueco de la ausencia de educación o de la mala educación, es exponer los dos carrillos a todos los sopapos que proporciona la realidad, por no haber entendido qué es el adiestramiento y qué es la educación.

 

Diferencias entre un perro adiestrado y un perro educado

¿Qué es un perro adiestrado?

Un perro adiestrado sabe caminar junto, sabe sentarse, tumbarse siempre que se lo ordenen, y acude a la llamada, por lo menos en situaciones académicas.

¿A qué se dedica un adiestrador?

A enseñar a hacer esas cosas a los perros y a enseñarles a los propietarios a dar las órdenes convenientes oportunamente.

¿Qué es un perro educado?

Es un perro que, probablemente, ni se sienta a la orden, ni se tumba, y quizás tampoco sepa caminar junto, pero viene siempre que se le llama, a la primera, en cualquier situación.

Además, le han inculcado un buen autocontrol de su ansiedad y de su excitabilidad. También controla muy bien los miedos y su agresividad.

No es excesivamente dependiente, ni presenta problemas de exceso de independencia.

También le han ayudado a adquirir todas las destrezas necesarias para su desenvolvimiento en el ámbito familiar.

Tal vez de pequeño dijesen que venía tímido y receloso.

Pero todo eso se disipó porque domina las destrezas necesarias para su desenvolvimiento en el ámbito social: en el parque, cuando le llevan de visita, en los aeropuertos, en el tren, etc.

¿A qué se dedica un educador?

A enseñar al propietario a conseguir todas esas cosas en su perro.

Estudia al perro, si sospecha un trastorno lo diagnostica, estudia a la familia, organiza un plan de educación, forma a los propietarios para que lo ejecuten y se asegura de que lo vayan cumpliendo bien.

A él le gustaría que todos los propietarios acudiesen a su consulta cuando el perrito es todavía un cachorrito para hacer educación preventiva.

Todo es mucho más fácil.

Por eso organiza unos cursillos extraordinarios para propietarios. Los titula cursillos sin perros.

Pero muchas veces tiene que atender lo que no se evitó, y hace reeducación y terapia.

 

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